Estuve entre el escaso público que se reunió en Santa Fe para este torneo, admirando el esfuerzo de los participantes, aplaudiendo a todos. Me pareció un gesto grandioso el de los nadadores que tocaron la meta juntos, como corolario de un aliento compartido. Sobre todo cuando los chicos, generosamente, contaron después todo lo que implicó ese acompañamiento durante el total o gran parte de los 5 km. Lore lo explica magistralmente en esta misma página.
En la premiación me enteré (nos enteramos) de que hay una regla que prohíbe tocar juntos la meta, cuando es resultado del deseo de los nadadores y no del afán competitivo.
El juez decidió aplicarla a rajatabla.
Entiendo que el Reglamento existe y que el Juez se rige por él. No sé si podría haber obviado la regla sin faltar a su oficio (apelando al sentido común, a la especificidad de la natación master, a principios de la FINA, etc. Seguramente otros podrán contestar esto). En todo caso, decidió mantener el criterio.
Lo que sí me parece evidente es que la norma carece de sustento en una competencia como la del pasado domingo en Santa Fe. Queda reducida a un absurdo. Fue creada para otras situaciones, teniendo como base otras realidades y otros intereses.
Descalificar a cuatro nadadores (el 20% de los inscriptos!!) por tener deseos de compartir la alegría de la llegada tanto como compartieron el desarrollo de la carrera, en la ciudad que nos ofreció aquella mítica llegada compartida de Degano, tan aplaudida; hacerlo en el primer torneo argentino, cuando los reglamentos son todavía desconocidos en gran parte; en una competencia que aún no tiene peso propio -por lo que contó con muy poca participación y menos afluencia de público-, que implicó para muchos recorrer cientos de kilómetros y que pecó de –comprensibles pero no menos ciertas- carencias organizativas, suena desproporcionado.
Imagínense si, así como el Juez decidió aplicar implacablemente el reglamento, los nadadores hubieran exigido que se cumpla con la regla 7.1 y 7.2 de la FINA (a la cual se remiten en el programa de la competencia), que seguidamente transcribo:
“La llegada de la carrera. 7.1 El área que lleva al aparato de llegada debe estar claramente marcado por hileras de boyas que se van enangostando a medida que se acercan a la pared de llegada. Las embarcaciones deben aproximarse a la entrada del camino final para asegurar que sólo la embarcación autorizada a hacerlo entre o cruce esa entrada. 7.2 El aparato final debe, cuando sea posible, ser una pared vertical de al menos 5 metros ampliamente fijada si es necesario, a divisas flotantes, sujetada de forma segura en el lugar para que no sea movida por el viento, marea o la fuerza de un nadador que golpee la pared. La llegada debe ser filmada y registrada en video con cámara lenta y recordar facilidades incluyendo equipamiento de cronometraje”.
Si de criterio se trata, por otra parte, bien podría el Juez de carrera, haber instruído a los nadadores antes del toque conjunto, de acuerdo a las Reglas 3.27 y 3.44 de la FINA:
“Cada juez de carrera debe: 3.27 (…) si la situación lo requiere instruir al nadador de
mantener distancia de cualquier otro nadador.
Secretario de curso: 3.44 (deberá) Reunir y preparar a los competidores antes de cada evento y asegurar que en la llegada haya disponibles facilidades de recepción apropiadas para todos los competidores”.
Creo que situaciones como estas deberían preverse, informando a los nadadores antes de la competencia. Entiendo que las reglas se suponen sabidas, tal como se indicó posteriormente, pero la información nunca sobra cuando es esperable que aún no se conozcan acabadamente los reglamentos (todo buen juez se sabe al servicio de la competencia, y no al revés).
Opino que deberían haberse considerado estas circunstancias.
Lamento haberme perdido la sobremesa con los otros queridos nadadores y aún con la gente de FESANA. Espero que lo que pasó nos sirva para que en el futuro se puedan rever en la CADDA situaciones similares.
Quiero decir, por último, que los buenos momentos vividos, la emoción, la alegría de la partida y de la llegada y los puestos en los que llegaron, no se los quita nadie a los cuatro nadadores descalificados.
Por último, aprovecho la oportunidad para desearle un muy buen feliz cumpleaños a mi querido amigo Mauro Charvey.
Dolores Presas