La imposibilidad de determinar a la ganadora de la carrera de Natación de cinco kilómetros en aguas abiertas llevó a los jueces a decidir la entrega de una medalla de oro a cada una de las deportistas que llegaron a la meta en perfecto empate. La brasileña Adriana Cunha y la venezolana Andreína Pinto bracearon codo a codo y cabeza a cabeza en las aguas del embalse de Guatapé, a 79 kilómetros al oriente de Medellín, en pos de la codiciada medalla de oro.
Ambas nadadoras, con la última brazada, tocaron simultáneamente el tablero de registro en la meta que marcó un tiempo idéntico para las dos: una hora, un minuto y 56 segundos.
Ni la repetición de la imagen en cámara lenta, ni el sistema de 'foto finish' pudieron dilucidar si alguna uña o cabello de Cunha o Pinto estaban algún milímetro adelante en la llegada. Había sido un empate perfecto.
Después de revisar las imágenes hasta la saciedad, los jueces optaron por una salida salomónica y resolvieron otorgar un oro a Cunha y otro a Pinto, declarar desierto el segundo lugar y dejar con el bronce a la ecuatoriana Natalí Caldas Calle, que había llegado tercera con un tiempo de una hora, un minuto y 59 segundos.
La situación ocurrida y la decisión de los jueces no tienen precedentes conocidos en la historia de este deporte, según comentaron técnicos, deportistas y dirigentes que estaban en el lugar.
En la fatigosa carrera acuática participaron catorce nadadoras, que fueron aplaudidas por entusiasmo por un numeroso público presente en Guatapé y que disfrutó incluso con frenesí de la situación ocurrida en la competencia.
La carrera de hombres tuvo trece participantes y aunque sólo tres segundos separaron al ganador del tercero la distancia fue suficiente para que nadie dudara ni discutiera el triunfo del ecuatoriano Iván Enderica, que cubrió la distancia en 57 minutos y 12 segundos para llevarse la medalla de oro.
El segundo lugar fue para el brasileño Allam Do Carmo, que anotó 57 minutos y catorce segundos y el tercero correspondió a Erwin Maldonado, de Venezuela, que cubrió los cinco kilómetros en 57 minutos y quince segundos.
Ambas nadadoras, con la última brazada, tocaron simultáneamente el tablero de registro en la meta que marcó un tiempo idéntico para las dos: una hora, un minuto y 56 segundos.
Ni la repetición de la imagen en cámara lenta, ni el sistema de 'foto finish' pudieron dilucidar si alguna uña o cabello de Cunha o Pinto estaban algún milímetro adelante en la llegada. Había sido un empate perfecto.
Después de revisar las imágenes hasta la saciedad, los jueces optaron por una salida salomónica y resolvieron otorgar un oro a Cunha y otro a Pinto, declarar desierto el segundo lugar y dejar con el bronce a la ecuatoriana Natalí Caldas Calle, que había llegado tercera con un tiempo de una hora, un minuto y 59 segundos.
La situación ocurrida y la decisión de los jueces no tienen precedentes conocidos en la historia de este deporte, según comentaron técnicos, deportistas y dirigentes que estaban en el lugar.
En la fatigosa carrera acuática participaron catorce nadadoras, que fueron aplaudidas por entusiasmo por un numeroso público presente en Guatapé y que disfrutó incluso con frenesí de la situación ocurrida en la competencia.
La carrera de hombres tuvo trece participantes y aunque sólo tres segundos separaron al ganador del tercero la distancia fue suficiente para que nadie dudara ni discutiera el triunfo del ecuatoriano Iván Enderica, que cubrió la distancia en 57 minutos y 12 segundos para llevarse la medalla de oro.
El segundo lugar fue para el brasileño Allam Do Carmo, que anotó 57 minutos y catorce segundos y el tercero correspondió a Erwin Maldonado, de Venezuela, que cubrió los cinco kilómetros en 57 minutos y quince segundos.
