
Anoche empecé mi viaje para participar en el mundial de natación master que se disputará en Perth, Australia a partir del próximo 15 de abril. En esta primera etapa domestica viajé a Buenos Aires en colectivo (donde empecé a escribir esta nota, hasta donde las agotadas batería de mi notebook y los barquinazos del transporte me lo permitieron) para estar un día antes en la Reina del Plata, no sea cosa de quedar atrapado entre dos cacerolazos y perder, no el tren de la historia, sino un humilde vuelo hacia el último continente descubierto.